Las creencias son pensamientos, juicios, ideas y afirmaciones de nosotros mismos, de personas de nuestro entorno, del mundo que nos rodea y del funcionamiento en sí.
Estas creencias están impuestas y nos va condicionando en nuestro día a día, limitando nuestro propio rendimiento e impidiendo que alcancemos aquello que deseamos.
Tanto si estas creencias son limitantes o potenciadoras, influye en nuestra forma de actuar y estos actos verifican y refuerzan las creencias en un bucle que se retroalimenta a sí mismo.
Con el paso del tiempo, las creencias se arraigan con más fuerza y cada vez influyen más y más en nosotros.
Desde nuestra propia infancia ya nos enseñan a tener limitaciones,
nos han ido guiando hacia lo que de verdad era lo correcto, sin pensar en los sueños de cada persona, ni sus aspiraciones, ni su propósito de vida, impidiéndonos avanzar y creando en nosotros unos miedos infundados que nos paraliza y no nos deja ser nosotros mismos, creando barreras a la hora de actuar.
Estas creencias de la infancia suelen ser dolorosas, traumáticas y nos
hacen sentirnos infelices, quedando memorias latentes que desencadenan en un mar de emociones dolorosas.
Llevamos distintas creencias:
- Adquiridas,
- Karmicas,
- Almicas y
- Ancestrales.
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Porque salud necesitamos todos… Lorena Margaleff
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